Revista Cartográfica 101 | Artículos | ISSN
(impresa) 0080-2085 ISSN (en línea) 2663-3981 julio-diciembre
2020: 09-34
DOI:https://doi.org/10.35424/rcarto.i101.727| Este es un artículo de acceso abierto bajo la licenciaCC BY-NC-SA 4.0
Optimización
del uso del paisaje físico-geográfico en las zonas funcionales
de la microcuenca
Potrero de la Palmita, Nayarit, México
Physical-geographic
landscape use optimization in the
functional zones of the Potrero de la Palmita
micro-basin, Nayarit, Mexico
Alejandro César
Valdés Carrera*
Juan Alfredo
Hernández Guerrero**
Julio César
Carbajal Monroy***
Recibido 26 de septiembre de 2019; aceptado 29 de enero 2020
Resumen
La planeación del
territorio comprendido en las zonas funcionales de una cuenca requiere un
enfoque integrador y participativo, desarrollado a partir de una metodología
amplia y compleja que considere las cualidades y debilidades del territorio en
cuestión, para así tomar la mejor decisión con respecto al uso actual y futuro
del paisaje, contemplando sus condiciones biofísicas y socio-productivas. El
presente trabajo tiene como objetivo elaborar una propuesta de optimización del
uso del paisaje en las zonas funcionales de la microcuenca Potrero de la
Palmita, Nayarit, para contribuir a la generación de información cartográfica a
escala local, a la planeación y a la gestión de su territorio. Para dar
respuesta al objetivo se llevó a cabo un diagnóstico integrado que retomó los
métodos de balance hídrico, cambio de uso del suelo, erosión hídrica laminar,
susceptibilidad ante peligros naturales y aptitud territorial. Además, se
realizó un diagnóstico participativo que consideró el método de grupos focales,
talleres y SIG participativos, y finalmente, se propuso el método de
optimización del uso del territorio a escala local (1:10 000). La información
obtenida fue procesada por medio de una plataforma de Sistemas de Información
Geográfica (SIG). El resultado fue la descripción detallada del estado
socioambiental de las unidades de paisaje, con base en el cual se propusieron
nueve diferentes usos del suelo (Conservación, Conservación-Turístico,
Pecuario, Pecuario-Turístico, Agrícola, Agrícola-Turístico, Agropecuario,
Agropecuario-Turístico y Asentamiento-Turístico). La investigación representó
una metodología viable para abordar la planeación territorial a escala de gran
detalle en una microcuenca, permitiendo generar estrategias de gestión,
planeación y manejo, a partir de la identificación de su estado, dinámica,
procesos, potenciales y problemáticas socioambientales, teniendo como principal
herramienta el uso de plataformas de SIG.
Palabras clave: Sistemas de Información Geográfica (SIG),
Territorio, Cuenca hidrográfica, Planeación territorial, Paisaje
físico-geográfico.
Abstract
The territorial planning in the basin’s functional zones requires an integrative and participatory approach, developed from a complex methodology that considers the qualities and weaknesses of the territory in test, in order to take the best decision regarding the current and future landscape use, contemplating its biophysical and socioproductive conditions. The present work has as objective to elaborate a proposal of landscape use optimization in the functional zones of the Potrero de la Palmita micro-basin, Nayarit, to contribute to the generation of cartographic information at a local scale, to the planning and the management of its territory. In order to answer the main objective, an integrated diagnosis was made, which took up the methods of water balance, land use change, laminar water erosion, susceptibility to natural hazards and territorial aptitude. In addition, a participatory diagnosis was made that considered the method of focal groups, workshops and participatory GIS, and finally, the method of territory use optimization on a local scale (1:10 000) was proposed, the information obtained was processed in a Geographic Information System (GIS) platform. The result was a detailed description of the socio-environmental status of the landscape units, based on which nine different land uses were proposed (Conservation, Conservation-Tourism, Livestock, Livestock-Tourism, Agricultural, Agricultural-Tourism, Agricultural-Livestock, Agricultural-Livestock-Tourism and Settlement-Tourism). The research represented a viable methodology to approach territorial planning at a very detailed scale in a micro-basin, allowing to make management and planning strategies, based on their status, dynamics, processes, potentials and socio-environmental problems, taking into account GIS platforms as main tool.
Key
words: Geographic Information Systems (GIS), Territory, Hydrographic
Basin, Territorial Planning, Physical-Geographic Landscape.
Introducción
El ordenamiento
territorial es una disciplina científica, técnica-administrativa y política,
desarrollada en los últimos treinta años del siglo XX para promover el
desarrollo “equilibrado y sostenible” de los pueblos, prevenir los conflictos surgidos
por la presión sobre los recursos naturales, corregir los efectos de conflictos
armados en el planeta y organizar el espacio geográfico (Salinas, 2008).
Representa un conjunto de normas establecidas por un grupo
social, destinadas a conseguir la correcta vertebración del territorio,
paliando en la medida de lo posible las diferencias socioeconómicas de las
poblaciones provocadas por procesos de carácter natural, histórico, social y
económico, por lo tanto, la ordenación del territorio necesita de ciertos
enfoques y disciplinas que le permitan alcanzar sus objetivos
(Noriega, 2008).
El enfoque de cuencas, aporta las herramientas e insumos
necesarios a nivel espacial para realizar un ordenamiento del territorio, no
solo desde el punto de vista geográfico natural, sino también humano, ya que en
él, tienen asiento una complejidad de procesos derivados de las relaciones
hombre-naturaleza y hombre-hombre (Arias y Duque, 1992 en García, 2006). Sin
embargo, su estudio presenta el reto de delimitar unidades ambientales
homogéneas de menor escala, que permitan realizar una caracterización de sus
componentes, tomando en cuenta su funcionamiento particular sin perder de vista
el lugar que ocupan como componente del sistema llamado cuenca (Cotler, 2007).
Dichas unidades son bien representadas por el enfoque
paisajístico físico-
geográfico, el cual a través de la clasificación y análisis de las unidades de
paisaje, permite la gestión del espacio en un contexto de ordenamiento
territorial, donde se puede satisfacer de manera planificada: el desarrollo
armónico de la economía, las expectativas sociales y la conservación y manejo
del patrimonio natural (Hernández et al., 2012).
El enfoque paisajista ha evolucionado a lo largo del tiempo. Según
Bocco et al. (2009), el primer abordaje lo realizó la escuela rusa a
finales del siglo XIX, con el “Enfoque de la Geografía Física Compleja o
Geografía del Paisaje”, generando unidades integrales del espacio geográfico. Seguido
de la escuela de la ex Alemania Oriental que para los años 30’s propuso el
“Enfoque de la Ecología del Paisaje o Geoecología”, que refiere a esferas
parciales de geocomponentes que conforman
geocomplejos (Bocco et al., 2009).
Bocco y colaboradores también refieren a la escuela Australiana
la cual propuso el “Levantamiento de Tierras” (40’s), de carácter fisonómico y
fisiográfico. En los años 70´s, la escuela de la antigua Checoslovaquia,
propuso el “Enfoque de Planeación Ecológica del Paisaje”, delimitando sistemas
territoriales socio-naturales. En los años 80’s, el “Levantamiento de Ecología
del Paisaje”, consideró las relaciones verticales y horizontales de las
unidades de paisaje. El “Levantamiento Geopedológico” de Zinck, clasificó
jerárquicamente los suelos, y por ende, los recursos naturales.
Por su parte, la escuela Francesa propuso el “Enfoque
Morfopedológico”, delimitando unidades resultantes del balance
morfogénesis-pedogénesis. La “Regionalización Ecológica” de la Comisión para la
Cooperación Ambiental, incorporó criterios ecológicos en las clasificaciones
territoriales. Finalmente, a finales de los 90’s, la escuela Holandesa por
medio del ITC (International Institute for Geo-Information Science and Earth
Observation), propuso el “Levantamiento Geomorfológico”, delimitando unidades
físico-ambientales enfatizando aspectos de geomorfología o uso potencial
mediante un enfoque de paisaje (Bocco et al., 2009).
Los anteriores postulados y aproximaciones muestran la
evolución del concepto del paisaje, concentrándose las más antiguas en
describir las relaciones ambientales del espacio geográfico, evolucionando
hasta contemplar unidades socioambientales que requieren de una visión integral
de la naturaleza y de las modificaciones del hombre sobre la superficie
terrestre, lo cual muestra un marco teórico y conceptual que fundamenta la
aplicación del enfoque de paisaje en estudios de planeación y ordenamiento
territorial.
De tal forma, el concepto de paisaje puede tomarse como base en
los trabajos de planeación territorial en cuencas hidrográficas, ya que, según
Vargas (2012), ésta busca racionalizar el uso del espacio por medio de acciones
ordenadas, promoviendo la mejor repartición espacial de actividades según los
recursos disponibles, ayudándose de herramientas para el manejo de datos
cartográficos y el modelado espacial representadas por los SIG, permitiendo a
la sociedad confeccionar estrategias y acciones de ordenamiento más acertadas.
En ese sentido, existen ejemplos que fundamentan el trabajo en
cuencas a través de un enfoque paisajístico con miras al ordenamiento del
territorio. Algunos trabajos destacados se describen a continuación. El
análisis del paisaje geosistémico de la cuenca del Río Martín en Aragón,
“España”, retomó la metodología de la Geografía física compleja (Franch et
al., 2015). Asimismo, Nogué y Sala (2008) realizaron la evaluación del
paisaje de Cataluña con el objetivo de ordenar el territorio, desarrollando una
metodología que considera primordial el inventario de valores paisa-
jísticos.
En el caribe centroamericano, Hasdenteufel et al. (2008)
realizaron el modelo de ordenamiento ambiental de la cuenca del Río Quibú en
Cuba mediante un enfoque de gestión ambiental y manejo integrado, siguiendo una
metodología geoecológica. En sudamérica,
López et al. (2012) efectuaron una zonificación ambiental con miras al
ordenamiento y manejo del territorio de la zona costera del departamento del Atlántico
en Colombia, partiendo de la delimitación de unidades ecológicas del paisaje. Jaque
(2010) elaboró el diagnóstico territorial de la cuenca del Río Andalién en
Chile, siguiendo el modelo geosistémico o de análisis integrado de sistemas
naturales y considerando la identificación de unidades geosistémicas y sus
geofacies. Por su parte, Muñoz y Azócar (2014), también en Chile, realizaron la
gestión del territorio de la cuenca del Río Baker, basándose en la metodología
de análisis y gestión del paisaje. Por último, Bertani (2011), realizó una
propuesta de planeación y ordenamiento territorial del departamento de Minas en
la Provincia de Neuquén, Argentina, mediante una evaluación geoecológica de los
paisajes.
Las aportaciones anteriores demuestran la compatibilidad entre
el enfoque paisajista y el enfoque de cuencas, observándose un nicho potencial
de acción que permitirá abordar el territorio denominado cuenca por medio de
sus zonas funcionales analizándolo a través de las unidades de paisaje
físico-geográfico que las constituyen, lo cual no se ha realizado en alguna
otra investigación con enfoque de cuencas, paisaje u ordenamiento territorial.
Con ello se puede lograr una mejor gestión y planeación
territorial de la cuenca hidrográfica, además de caracterizar de forma
detallada sus condiciones ambientales, sociales y económicas, analizar sus
problemáticas, diagnosticar su estado actual, incorporar de manera integral
temáticas como riesgos naturales, equilibrio hídrico, aptitud, conflictos y
potencial turístico entre otras, así como, trabajar a diferentes escalas
apoyándose de herramientas cartográficas como los SIG.
La microcuenca Potrero de la Palmita está inmersa dentro de la
dinámica actual del estado de Nayarit, el cual busca fortalecer la conectividad
y el desarrollo de sus diferentes centros poblacionales urbanos y/o rurales. En
este sentido, ha dirigido su política de planeación hacia el desarrollo
regional y el crecimiento económico, fomentando la consolidación de sus
principales zonas urbanas por medio de desarrollos habitacionales e
industriales, el desarrollo de infraestructura (presas), el mejoramiento de vialidades
y el apoyo a proyectos ecoturísticos y etnoturísticos en las zonas rurales.
No obstante, dicha política al ser coordinada de forma
inadecuada, ha tenido un impacto regional negativo, provocando el incremento en
la demanda de recursos naturales como el agua y el suelo, principalmente al
centro, este y oeste de la entidad, generando a su vez problemáticas
ambientales, sociales y económicas, las cuales se acentúan a escala local
repercutiendo directamente en la microcuenca.
Esto ha detonado problemáticas ambientales (degradación y
contaminación), sociales (migración) y económicas (pobreza-marginación) dentro
de su territorio. A pesar de esto, la microcuenca no cuenta con un estudio que
aborde su estado actual y considere sus potenciales y problemáticas mediante un
enfoque de planeación territorial local, por lo que representa una zona
vulnerable al efecto de políticas regionales y a procesos como la erosión, la
remoción en masa y los cambios de uso del suelo.
Por lo comentado hasta el momento, la presente
investigación tiene como objetivo principal proponer una estrategia de
optimización del uso del paisaje físico-geográfico en las zonas funcionales de
la microcuenca Potrero de la Palmita basado en la construcción de un Sistema de
Información Geográfica territorial, el cual contribuirá de manera sustancial en
la planeación, gestión y manejo de su territorio a escala local.
Área de estudio
La microcuenca Potrero de
la Palmita, se ubica al oeste de la República Mexicana, dentro del municipio
del Nayar, localizado al este del estado de Nayarit. Pertenece a la región
hidrológica número 12 Lerma-Chapala-Santiago, a su vez, a la cuenca del Río
Santiago-Aguamilpa y a la subcuenca del Río Grande de Santiago, cubriendo una
superficie de 473 hectáreas.
En la microcuenca Potrero de la Palmita, habita el grupo étnico
wixárika o huichol (etnia de la región centro-oeste de México), el cual es
reconocido administrativa-
Figura 1. Localización de la microcuenca Potrero de la Palmita.
mente por el gobierno del
municipio del Nayar como la localidad Potrero de la Palmita, quedando asentada
cerca de la desembocadura de la microcuenca, zona donde vierte sus aguas al Río
Huaynamota. Se sitúa entre los 752 y 210 msnm, resaltando elevaciones como el
Cerro Cuate (540 msnm) y Peñasquillo (740 msnm), (Figura 1).
Debido a sus características topográficas, se desarrollan
diversos procesos geomorfológicos que derivan de forma indistinta en la dinámica
biofísica y socioeconómica según la zona funcional, sea a través de múltiples
condiciones de deterioro y/o calidad de la estructura vertical (rocas, suelos,
condiciones hídricas y vegetación), y horizontal del paisaje físico-geográfico
de la microcuenca.
De acuerdo con Valdés y Hernández (2018), la zona funcional
media constituye el área de mayor superficie dentro de la microcuenca con
235.98 ha, disgregándose en 18 unidades de paisaje que están representadas por
complejos cumbrales y complejos de laderas y barrancos, en ella se observan
sitios que van de muy planos a muy inclinados, cuya pendiente oscila entre 1° y
>30°, influenciados por un clima cálido subhúmedo que favorece procesos de
erosión y transporte. Lo anterior se acompaña de una estructura litológica
representada por toba riolítica e ignimbrita, suelos leptosoles, regosoles y
feozems, así también por usos de suelo como selva baja caducifolia (77.87%),
zonas agrícolas (13.20%), pastizales (4.26%) y áreas para la construcción de
viviendas (4.67%).
Por otra parte, la zona funcional alta representa el área con
la segunda mayor superficie dentro de la microcuenca (190.04 ha), dividiéndose
en 17 unidades de paisaje que se constituyen por complejos cumbrales y
complejos de laderas y barrancos con pendientes que van de poco inclinadas (5°)
a muy inclinadas (>30°), es la zona con mayor presencia de procesos erosivos
que actúan sobre riolita, toba riolítica e ignimbrita. Dicho proceso da pie a
la existencia de suelos poco profundos como el leptosol y el regosol que, bajo
el efecto del mismo clima, permiten el establecimiento de ecosistemas como el
bosque de latifoliadas-encino (1.97%) y selva baja caducifolia (72.03%), esos
suelos al ser sometidos a usos agropecuarios, dan paso a zonas cubiertas por
pastos (25.58%) y a reducidos manchones agrícolas (0.41%).
Finalmente, la zona baja presenta la menor superficie (47.13
ha) y se conformó por cuatro unidades de paisaje. Respecto a sus geoformas
(complejos de laderas y barrancos y complejos de superficies y cauces), la zona
está constituida por sitios predominantemente planos (1° a 3°), receptores de
materiales y sedimentos provenientes de la zona alta y media, beneficiando así,
el desarrollo de suelos profundos como el feozem y en pequeñas superficies regosoles.
Su basamento y clima son equiparables a las zonas funcionales
alta y media, sin embargo, al ser la zona con mayor accesibilidad se concentran
en ella los asentamientos humanos (61.79%) y las actividades productivas
agropecuarias (31.45%), reduciendo la cobertura del ecosistema natural
característico de la microcuenca, sea la selva baja caducifolia (6.77%).
Métodos y
herramientas
Diagnóstico integrado
de unidades de paisaje
El proceso se desarrolló
a partir de cinco fases: 1) balance hídrico; 2) cambio de uso del suelo
(1974-2016); 3) erosión hídrica laminar; 4) susceptibilidad ante peligros
naturales; y 5) aptitud territorial. Cabe señalar que el balance hídrico toma
de base los aportes de la Comisión Nacional del Agua enunciados en la
NOM-011-CONAGUA-2015 publicado en el Diario Oficial de la Federación
(2015).
El balance hídrico superficial consideró las entradas de agua
representadas por el escurrimiento natural por cuenca propia (Cp), las
importaciones de agua de cuencas vecinas (Im) y los retornos de agua (Re).
También se utilizaron las salidas de agua a través de los usos del agua (U)
y el escurrimiento a la salida de la cuenca (Ab). El balance hídrico se
obtuvo con la siguiente expresión:
BH= Entradas – Salidas= BH= (Cp + Im + Re)
– (Ab + U).
El cambio de uso del suelo contempló el método de Palacio et
al. (2004), mostrando la dinámica de los ecosistemas dentro de un periodo
de tiempo determinado, permitiendo identificar el grado de perturbación y/o
recuperación de los mismos, clasificando el resultado en
cinco categorías:
1.
Conservada:
cobertura natural que no ha sufrido cambio en el periodo;
2.
Revegetada:
zona actualmente ocupada por bosque, selva, matorral, vegetación hidrófila o
pastizal natural, donde anteriormente se desarrollaba alguna actividad
agropecuaria (cultivos o pastizales);
3.
Deforestada:
corresponde con la superficie arbórea (bosques y selvas), que ha cambiado a
zonas de cultivos, pastizales inducidos o a uso urbano;
4.
Por
actividad productiva: considera la superficie donde anteriormente presentaba
cobertura de origen antrópico como: pastizales inducidos, cultivados, algún
tipo de uso de suelo urbano, cuerpo de agua, que actualmente ha cambiado de
actividad productiva; y
5.
Sin
cambio: áreas con cultivos, pastizales inducidos y cultivados, y otros usos,
que actualmente se mantienen con el mismo tipo de uso.
La erosión hídrica laminar retomó la Ecuación Universal de
Pérdida de Suelo (USLE) elaborada por Wischmeier y Smith (1978, citada en Colín
et al., 2013), la cual contabiliza la tasa la pérdida de suelo (A) en
toneladas por hectárea al año (ton/ha/año) y considera el factor R (erosividad
de la lluvia), (Mj/ha mm/hr), el factor K
(erodabilidad del suelo), el factor LS
(longitud y el grado de pendiente), y el fac-
tor C (protección de la vegetación). La expresión matemática que se utilizó fue
A= R*K*LS*C. Además, con base en Martínez (2005), se clasificaron los
resultados en cuatro grados de erosión: 1) Nula o
ligera (0-10); 2) Moderada (10-50); 3) Alta (50-200); y 4) Muy alta (>200).
En cuanto a la susceptibilidad ante peligros naturales, se
consideró el método de Reyes y Campos (2014), quienes reconocen las zonas
susceptibles ante procesos geológicos e hidrometeorológicos, por lo cual, se
generó información para remoción en masa, erosión hídrica e inundaciones,
partiendo de la definición basada en bibliografía de peligro, seguida de la
identificación y de la ponderación de los componentes ambientales que los
condicionan, clasificados según su grado de susceptibilidad en las categorías
de Muy alta, Alta, Media, Baja, Muy baja y Nula.
Finalmente, la aptitud territorial se llevó a cabo con el
método de Bocco et al. (2010), con el cual se identificaron las zonas
con mayor o menor potencial natural ante el desarrollo de alguna cobertura,
servicio o actividad productiva, evaluando la aptitud con dos fines: 1)
ambientales: consideró la aptitud forestal natural y para la prestación de
servicios ambientales; y 2) socio-productivos: contemplando la aptitud para el
cultivo de nopal, para la agricultura de temporal, para ganadería extensiva,
para el turismo y para el establecimiento de asentamientos humanos. El
desarrollo del método inició con la descripción del tipo de aptitud (basada en
la bibliografía), después se llevó a cabo la identificación y ponderación de
los componentes ambientales que la condicionan, y en último lugar se clasificó
conforme a su grado de aptitud en las categorías de muy alta, alta, media,
baja, muy baja y nula.
Diagnóstico
participativo de las unidades de paisaje
Esta fase se desarrolló
en tres etapas: 1) presentación y conformación del grupo focal; 2) salidas de
campo; y 3) Taller y SIG participativo. Para ello, se retomó el método de
Geilfus (2009) y el de Fernández et al. (2009) adaptándolos para trabajar a
nivel microcuenca.
La primera etapa inició con la presentación del interventor y
la selección del grupo focal conformado por un mínimo de cuatro y un máximo de
12 integrantes de la comunidad con representatividad de género y edad, quienes
tuvieron especial interés en trabajar y plasmar sus ideas con respecto a las
problemáticas y potenciales de su territorio. En la segunda etapa se realizaron
recorridos de campo con los integrantes del grupo focal, llevando a cabo dos
salidas, una en temporada de lluvias y otra en temporada de sequía, ambas con
el objetivo de identificar problemáticas y potenciales.
En la tercera etapa se llevó a cabo un taller participativo
donde se registró y priorizó la percepción del grupo focal respecto a las
problemáticas y potenciales socioambientales, apoyados de un formato de
registro (cuestionario) donde se puntualizaron las posibles acciones de
aprovechamiento y/o corrección de las mismas. A partir de esa actividad, se
desarrolló el SIG participativo que consistió en la representación de las
problemáticas y potenciales en un mapa de su territorio, mediante dibujos y
trazos y después se incluyó en el SIG.
Finalmente, a través de ambos productos se reforzó el trabajo
realizado y resumiendo ante los asistentes los resultados obtenidos, se llegó a
un acuerdo en común con respecto a las temáticas abordadas.
Los diagnósticos (integrado y participativo) de las unidades de
paisaje fueron abordados por medio de técnicas de análisis cartográfico,
multicriterio, álgebra de mapas, trabajo de campo, grupos focales y SIG
participativo, considerando los archivos en formato vectorial y raster
referentes a los factores de cada tema y a las percepciones del grupo focal con
respecto a la temática del taller como variables de análisis, las cuales fueron
procesadas mediante formatos de registro, cartografía impresa, el manejador de
bases de datos Excel y la plataforma de SIG, ArcGIS (v.10.3).
Propuesta de
optimización del uso del territorio
La propuesta se llevó a
cabo mediante el análisis detallado de las condiciones presentes en las
unidades de paisaje físico-geográfico que conforman las zonas funcionales de la
microcuenca, para lo cual, se construyó una base de datos que priorizó los
resultados del diagnóstico (integrado y participativo) por unidad de paisaje.
Se consideró como primer filtro a la unidad de paisaje
representada por complejos cumbrales, complejos de laderas y barrancos y/o
complejos de superficies y cauces, con pendiente entre 1° y >30°, con
basamento rocoso de riolita, toba riolítica o ignimbrita, clima cálido
subhúmedo, con suelos leptosol, regosol y/o feozem; y cobertura de selva baja
caducifolia, bosque natural de latifoliadas-encino, pastizal inducido,
agricultura de temporal y/o asentamientos humanos.
Respecto al balance hídrico, se definieron valores mayores a 10
000 m3/año de volumen de escurrimiento superficial (>) y valores
menores a 10 000 m3/año (<). Para el cambio de uso del suelo
valores mayores a 0.1% de la categoría de “deforestación”, de no presentarla,
la categoría con predominio en más del 50% de su superficie o con los valores
más cercanos a 50%; para la erosión hídrica laminar (USLE), a la categoría con
predominio en más del 40% de su superficie.
Para la susceptibilidad ante inundaciones, se contempló sólo la
categoría predominante en más del 50% de su superficie. Para la susceptibilidad
por remoción en masa y por erosión, al igual que para los resultados de aptitud
(forestal natural, prestación de servicios ambientales, cultivo de nopal,
agrícola de temporal, ganadera extensiva, turística y para el establecimiento
de asentamientos humanos), se consideró a la categoría que reportó los valores
más cercanos al 50%, o bien, con predominio en más del 50% de su superficie.
En cuanto al potencial natural, paisajístico,
cultural-educativo, turístico y económico, así como para las problemáticas de
falta de agua y pérdida de cultivos, erosión hídrica y remoción en masa,
degradación y contaminación, migración y desempleo, pérdida de cultura e
identidad comunitaria y dotación de servicios, se contempló la detección
realizada por la comunidad.
Posteriormente, se identificó el uso del suelo principal,
secundario y terciario presente en cada unidad de paisaje, el cual fue
comparado con los componentes de la estructura vertical y los resultados del
diagnóstico integrado y participativo priorizados, determinando así su
compatibilidad (alta, media o baja). Acto seguido se propusieron los usos del
suelo óptimos a desarrollar para el mejor funcionamiento y reducción de
problemáticas presentes en cada unidad de paisaje (Tabla 1).
Tabla 1
Usos propuestos para la optimización del territorio
Uso |
Descripción |
Conservación |
Permanencia de la selva baja
caducifolia y bosque natural de latifoliadas-encino, en las unidades de
paisaje, fomentando con ello la protección del suelo, la mejora del hábitat
de flora y fauna, el aprovechamiento del ciclo del agua, procurando la
recarga y captación superficial y la producción de microclimas |
Conservación-Turístico |
Desarrollo de actividades
ecoturísticas y etnoturísticas en las unidades de paisaje que concentran los
ecosistemas naturales de bosque y selva |
Pecuario |
Se llevan a cabo actividades de
pastoreo del ganado (vacas, borregos, cabras) en unidades de paisaje con
vegetación de pastizal |
Pecuario-Turístico |
Implementación de actividades
ecoturísticas y etnoturísticas en las unidades de paisaje que concentran las
actividades de pastoreo |
Agrícola |
Establecimiento de cultivos de
maíz de temporal (milpa tradicional) y/o cultivos de nopal en las unidades de
paisaje donde sea posible obtener mejores rendimientos para autoconsumo |
Agrícola-Turístico |
Presencia de actividades
ecoturísticas y etnoturísticas en las unidades de paisaje que concentran las
actividades agrícolas |
Agropecuario |
Impulso de actividades agrícolas
y pecuarias en las unidades de paisaje que por temporadas permitan llevar a
cabo estas actividades productivas |
Agropecuario-Turístico |
Convergencia de actividades
ecoturísticas y etnoturísticas en las unidades de paisaje que desarrollen
actividades de cultivo y pastoreo |
Asentamiento-Turístico |
Construcción de asentamientos
tradicionales rurales en las unidades de paisaje con mayor potencial para
ello, conservando la imagen y formas de construcción ancestrales de la
comunidad |
Fuente: elaboración propia.
Resultados
Diagnóstico integrado
y participativo de las unidades de paisaje físico-geográfico por zona funcional
Zona funcional alta
Esta zona ocupa el
segundo lugar respecto a la cantidad de agua de lluvia que recibe (39.64 %), la
cual se convierte en escurrimientos superficiales que, al vincularse con las
actividades productivas, ocasiona importantes problemáticas de erosión hídrica
laminar, pues al año genera la pérdida de más de 200 toneladas de suelo por
hectárea, al tiempo que los resultados del modelo USLE señalaron que ese
fenómeno predomina en más del 90% de la superficie de la zona (Figura 2).
Figura 2. Diagnóstico integrado y participativo de la zona
funcional alta.
También, representa la zona con mayor susceptibilidad ante
peligros geológicos, ya que en más del 80% de su área se identificaron valores
altos de remoción en masa y erosión. Por otra parte, es la zona con menor susceptibilidad
ante peligros hidrometeorológicos, puesto que más del 95% presenta valores
nulos ante inundaciones. Entre los años de 1974 y 2016 el cambio de uso del
suelo en esta zona se manifestó, de forma general, en la disminución de zonas
de pastizal, beneficiando la recuperación de las coberturas naturales
representadas por la selva baja caducifolia y el bosque natural de
latifoliadas-encino.
A pesar de las problemáticas señaladas, la zona cuenta con
potenciales asociados a la selva baja caducifolia (en más del 93%), sea la
prestación de servicios ecosistémicos, conservación de suelos, recarga hídrica,
protección y conservación de la biodiversidad. Por otro lado, es la zona con
menor aptitud para el desarrollo de asentamientos humanos y actividades económicas.
Al respecto, la evaluación señala que el establecimiento de asentamientos
humanos resultó con valores nulos en más del 60% y bajos en más del 24% de su
superficie.
Asimismo, la agricultura de temporal presenta valores nulos en
más del 50% y valores bajos en más del 30%, mientras que el desarrollo de
ganadería extensiva reporta valores bajos en más del 85% de su superficie. Lo
anterior significa que dichas actividades deben ser limitadas o evitadas para
conservar el funcionamiento de la zona. A pesar de lo señalado, se identificó
aptitud para el desarrollo de actividades turísticas con valores medios en más
del 60% de su área (Tabla 2).
Tabla 2
Diagnóstico integrado para la zona
funcional alta
Clave de la |
Diagnóstico integrado |
||||||||||||
BH |
CUS |
EHLUSLE |
Susceptibilidad |
Aptitud |
|||||||||
RM |
ERO |
INU |
FN |
PSA |
CN |
AT |
GE |
T |
EAH |
||||
ZACC1 |
> |
R |
A |
A |
M |
N |
A |
A’ |
M |
N |
B’ |
M |
N |
ZACC2 |
< |
R |
A’ |
A |
M |
N |
A’ |
A’ |
M |
N |
B |
M |
N |
ZACC3 |
> |
D |
A’ |
A |
A |
N |
A |
A |
A |
N |
B |
B |
N |
ZACC4 |
< |
R |
A |
M |
M |
N |
A |
M |
A |
N |
B |
B |
B’ |
ZACC5 |
< |
C |
A |
A |
M |
N |
A |
A’ |
M |
N |
B |
M |
N |
ZACC6 |
< |
C |
A |
M |
M |
N |
A’ |
A’ |
M |
B’ |
B |
M |
N |
ZACC7 |
< |
R |
A’ |
A |
M |
N |
A’ |
A’ |
M |
B’ |
B |
M |
B’ |
ZACC8 |
< |
R |
A’ |
A |
A |
N |
A’ |
A |
A |
B |
B |
B |
N |
ZACLBLC1 |
> |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A’ |
A |
A |
N |
B |
M |
N |
ZACLBLCC1 |
> |
C |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A’ |
A |
N |
B |
M |
N |
ZACLBLR1 |
> |
R |
A’ |
A’ |
A |
N |
A |
A |
A |
N |
B |
B |
B’ |
ZACLBV1 |
< |
R |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A |
M |
N |
B |
M |
N |
ZACLBV2 |
< |
D |
A’ |
A |
A |
N |
A |
A’ |
B |
N |
A |
M |
N |
ZACLBV3 |
< |
C |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A’ |
M |
N |
A |
M |
N |
ZACLBV4 |
< |
C |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A |
M |
N |
B |
M |
N |
ZACLBV5 |
< |
C |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A |
B |
N |
B |
M |
N |
ZACSC1 |
> |
D |
A |
B |
B |
B |
A’ |
A |
A’ |
A’ |
A |
M |
A |
BH: balance hídrico, >:
mayor a 10 000 m3/año, <: menor a 10 000 m3/año;
CUS: cambio de uso del suelo, R: revegetada, D: deforestada, C: conservada;
EHLUSLE: erosión hídrica laminar USLE, RM: remoción en masa, ERO: erosión,
INU: inundaciones, FN: forestal natural, PSA: prestación de servicios
ambientales, CN: cultivo de nopal, AT: agrícola de temporal, GE: ganadera
extensiva, T: turística, EAH: establecimiento de asentamientos humanos; A’:
muy alta, A:alta, M: media, B: baja, B’: muy baja, N: nula. |
Fuente: elaboración con base en los resultados del SIG y de
campo.
Los resultados del diagnóstico participativo indican que la
zona funcional alta es percibida por la comunidad por su potencial natural
(flora y fauna), paisajístico (bellas vistas del territorio) y
cultural-educativo (alberga sitios tradicionales y religiosos para la etnia),
todo ello le imprime un alto valor turístico y económico que permitiría su
aprovechamiento como insumo de materias primas, panorámicas y rituales para ser
otorgados a los visitantes.
En otro contexto, se señalaron
problemáticas como falta de agua, pérdida de cultivos derivada de la escasez de lluvia, erosión, remoción en
masa, degradación de suelos y vegetación, y contaminación. Esas problemáticas
serían mitigadas con la construcción de pequeños cuerpos de agua, la
disminución de la quema y el desmonte al
abrir nuevas zonas de cultivo y pastoreo, al evitar la disposición y quema
inadecuada de residuos sólidos, y al evitar la aplicación de herbicidas en las
milpas (Tabla 3).
Tabla 3
Diagnóstico participativo para la zona funcional alta
Zona |
Clave UP |
Diagnóstico participativo |
||||||||||
Potencial |
Problemática |
|||||||||||
N |
CE |
P |
TU |
E |
APC |
ER |
DC |
MD |
CI |
S |
||
Alta |
ZACC1 |
O |
|
O |
|
|
|
O |
|
|
|
|
ZACC2 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACC3 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACC4 |
O |
|
O |
O |
O |
|
|
|
|
|
|
|
ZACC5 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACC6 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACC7 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACC8 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACLBLC1 |
O |
|
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
|
|
|
ZACLBLCC1 |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
O |
|
|
|
|
ZACLBLR1 |
O |
|
O |
O |
O |
|
|
|
|
|
|
|
ZACLBV1 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACLBV2 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
|
|
|
|
ZACLBV3 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACLBV4 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACLBV5 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZACSC1 |
O |
O |
O |
O |
O |
|
|
|
|
|
|
|
N: natural, CE: cultural-educativo,
P: paisajístico, TU: turístico, E: económico; APC: falta de agua y pérdida de
cultivos, ER: erosión hídrica y remoción en masa, DC: degradación y contaminación,
MD: migración y desempleo, CI: pérdida de cultura e identidad comunitaria, S:
dotación de servicios; |
Fuente: elaboración con base en taller y SIG participativo.
Zona
funcional media
La dinámica de cambio de
uso del suelo comprendida entre los años de 1974 y 2016 indica una coexistencia
entre la selva baja caducifolia, pastizales inducidos, zonas agrícolas de
temporal y asentamientos humanos, predominando las coberturas naturales sobre
las antrópicas (Tabla 4).
Tabla 4
Diagnóstico integrado para la zona
funcional media
Clave de la unidad de |
Diagnóstico integrado |
||||||||||||
BH |
CUS |
EHLUSLE |
Susceptibilidad |
Aptitud |
|||||||||
RM |
ERO |
INU |
FN |
PSA |
CN |
AT |
GE |
T |
EAH |
||||
ZMCC1 |
< |
D |
A |
A |
M |
N |
A |
A’ |
A |
N |
B |
M |
N |
ZMCC2 |
< |
P’ |
A |
B |
B |
N |
M |
A |
M |
N |
B’ |
A |
B’ |
ZMCC3 |
< |
R |
A |
M |
M |
N |
A’ |
A’ |
A |
B |
B |
B |
B’ |
ZMCC4 |
< |
R |
A |
B |
M |
N |
A |
A |
A |
B |
B |
M |
N |
ZMCC5 |
< |
R |
A |
B |
M |
N |
A |
A’ |
A |
B |
B |
M |
N |
ZMCC6 |
< |
R |
M’ |
B |
B |
N |
A’ |
A’ |
M |
B’ |
B |
A |
N |
ZMCLBLC1 |
> |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A’ |
A’ |
A |
M |
B |
M |
M |
ZMCLBLC2 |
> |
C |
A’ |
A’ |
A |
N |
A |
A |
A |
N |
B’ |
M |
N |
ZMCLBLC3 |
> |
D |
A’ |
A’ |
A |
N |
A |
A |
A |
N |
B’ |
M |
N |
ZMCLBLC4 |
> |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A |
A |
B |
B |
M |
N |
ZMCLBLC5 |
< |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A’ |
A’ |
M |
N |
B |
M |
B’ |
ZMCLBLC6 |
> |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A’ |
A’ |
A |
M |
B |
M |
B’ |
ZMCLBLCC1 |
> |
C |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A’ |
A |
B |
B |
M |
N |
ZMCLBLCC2 |
> |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A’ |
A |
B |
B |
M |
N |
ZMCLBLR1 |
> |
R |
A’ |
A |
M |
N |
A’ |
A |
A |
B’ |
B |
M |
N |
ZMCLBV1 |
> |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A’ |
M |
N |
A |
M |
N |
ZMCLBV2 |
< |
C |
A’ |
A |
B |
N |
A |
A’ |
M |
N |
A |
M |
N |
ZMCLBV3 |
< |
D |
A’ |
A |
M |
N |
A |
A’ |
B |
N |
A |
M |
N |
BH: balance hídrico, >:
mayor a 10 000 m3/año, <: menor a 10 000 m3/año;
CUS: cambio de uso del suelo, R: revegetada, D: deforestada, C: conservada,
P’: por actividad productiva; EHLUSLE: erosión hídrica laminar USLE, RM:
remoción en masa, ERO: erosión, INU: inundaciones, FN: forestal natural, PSA:
prestación de servicios ambientales, CN: cultivo de nopal, AT: agrícola de
temporal, GE: ganadera extensiva, T: turística, EAH: establecimiento de
asentamientos humanos; A’: muy alta, A:alta, M’: moderada, M: media, B: baja,
B’: muy baja, N: nula. |
Fuente: elaboración con base en los resultados del SIG y de
campo.
La mayor cantidad de agua proveniente de la precipitación
pluvial se convierte en escurrimiento (49.94%), ocupa la segunda posición en
cuanto a la problemática de pérdida de suelo según la USLE, ya que presentó en
más del 70% de su superficie una tasa mayor a 200 ton/ha/año, condición que se
refleja en los valores altos de susceptibilidad ante remoción en masa (70%) y
erosión (30%), (Figura 3).
Figura 3. Diagnóstico integrado y
participativo de la zona funcional media.
En lo que respecta a la aptitud, esta zona resultó con valores
altos para el desarrollo forestal y la prestación de servicios ambientales en
el 93% y 89% de su área respectivamente. Por otro lado, el 80% de la zona no es
apta para el establecimiento de asentamientos humanos, y es poco apta para el desarrollo
de agricultura de temporal (65% con valores bajos), y ganadería extensiva (70%
con valores bajos). No obstante, la actividad turística puede ser una buena
opción al encontrarse con valores altos y medios en el 80% de su superficie.
La comunidad señaló que la zona tiene potencial natural,
paisajístico y cultural, debido a su biodiversidad y panorámicas agradables,
seguido de las oportunidades turísticas (aprovechamiento de recursos de la
selva y del paisaje) y las actividades artesanales que ahí se desarrollan. En
otro contexto, la comunidad detectó problemáticas similares a la zona anterior
(sea la falta de agua, pérdida de cultivos, degradación, contaminación, erosión
y remoción en masa), adicionándose la falta de dotación de servicios a los habitantes
y turistas, el desempleo, la migración y la pérdida de cultura e identidad de
los habitantes jóvenes (Tabla 5).
Tabla 5
Diagnóstico participativo
para la zona funcional media
Zona |
Clave UP |
Diagnóstico
participativo |
||||||||||
Potencial |
Problemática |
|||||||||||
N |
CE |
P |
TU |
E |
APC |
ER |
DC |
MD |
CI |
S |
||
Media |
ZMCC1 |
O |
|
O |
|
|
|
O |
|
|
|
|
ZMCC2 |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
ZMCC3 |
|
|
|
|
|
O |
|
O |
|
|
|
|
ZMCC4 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZMCC5 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZMCC6 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
O |
O |
O |
|
ZMCLBLC1 |
O |
|
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
ZMCLBLC2 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZMCLBLC3 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
|
|
|
|
ZMCLBLC4 |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
O |
O |
O |
O |
|
ZMCLBLC5 |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
O |
|
|
|
|
ZMCLBLC6 |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
O |
O |
O |
O |
|
ZMCLBLCC1 |
O |
|
O |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ZMCLBLCC2 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
|
|
|
|
ZMCLBLR1 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
|
|
|
|
ZMCLBV1 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
|
|
|
|
ZMCLBV2 |
O |
|
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
|
|
|
ZMCLBV3 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
|
|
|
|
N: natural, CE:
cultural-educativo, P: paisajístico, TU: turístico, E: económico; APC: falta
de agua y pérdida de cultivos, ER: erosión hídrica y remoción en masa, DC:
degradación y contaminación, MD: migración y desempleo, CI: pérdida de
cultura e identidad comunitaria, S: dotación de servicios; O: detectado. |
Fuente: elaboración con base en taller y SIG participativo.
Zona funcional baja
Representa la zona con
mayor modificación del ecosistema natural provocada por las actividades
económicas de la población, generando degradación y fragmentación del hábitat
nativo por medio de la deforestación y conversión de actividades productivas
primarias (agropecuarias) a terciarias (asentamientos humanos). Esta zona
recibe la menor cantidad de agua proveniente de la precipitación (10.43%), a
pesar de ello, se cuenta con el escurrimiento acumulado de la zona alta y
media, por lo que recibe
657 583.08 m3 de agua al año, ello genera un balance hídrico
positivo (superávit) que es evidente en temporada de lluvias
(junio-septiembre), (Figura 4).
La zona baja es también la que tiene menor pérdida de suelo, ya
que el 55% de su superficie reporta una tasa de pérdida del suelo entre 50 y
200 ton/ha/año, así como la de menor susceptibilidad ante peligros geológicos,
debido a que en más del 70% de la zona se reportan valores bajos de remoción en
masa y erosión. A diferencia de las zonas anteriores (alta y media), más del
50% de su superficie presenta alta susceptibilidad a peligros de origen
hidrometeorológicos, especialmente a inundaciones.
Figura 4. Diagnóstico integrado y
participativo de la zona funcional baja.
Si bien los asentamientos humanos proliferan en esta zona, los
resultados señalaron que solo el 42% de la superficie es apta para su
establecimiento, mientras que el 60% presenta aptitud para el desarrollo de
agricultura de temporal, cultivo de nopal y ganadería extensiva. Por lo tanto,
nuevamente los valores más altos de aptitud están relacionados con actividades
turísticas, ello equivale al 93% de su área (Tabla 6).
La opinión de los habitantes resaltó el potencial turístico,
pues ya se tienen algunas ofertas de servicios como hospedaje, alimentación y
recreación. Alberga también sitios de alta calidad cultural y artesanal, donde
el turista puede adquirir nuevos conocimientos sobre el paisaje y la comunidad.
Sin embargo, los grupos focales señalaron que prevalecen la mayoría de las
problemáticas señaladas en las otras zonas funcionales (falta de agua y pérdida
de cultivos). Aunque tiene disponibilidad de agua para uso de la comunidad, en
la temporada de lluvias esta llega de forma torrencial, siendo deficiente su capacidad
para captarla (Tabla 7).
Tabla 6
Diagnóstico integrado para la zona
funcional baja
Clave de la unidad de paisaje |
Diagnóstico integrado |
||||||||||||
BH |
CUS |
EHLUSLE |
Susceptibilidad |
Aptitud |
|||||||||
RM |
ERO |
INU |
FN |
PSA |
CN |
AT |
GE |
T |
EAH |
||||
ZBCLBLC1 |
< |
D |
A |
M |
M |
N |
A’ |
A’ |
A |
B |
B |
A |
M |
ZBCLBLC2 |
< |
D |
A |
M |
M |
B |
M |
A |
A |
B |
B |
A’ |
M |
ZBCLBLC3 |
< |
D |
A |
M |
B |
N |
A’ |
A |
M |
B’ |
B |
A |
B’ |
ZBCSC1 |
> |
D |
A |
B |
B’ |
A’ |
M |
B |
A |
M |
A |
A’ |
A |
BH: balance hídrico, >:
mayor a 10 000 m3/año, <: menor a 10 000 m3/año;
CUS: cambio de uso del suelo, D: deforestada; EHLUSLE: erosión hídrica
laminar USLE, RM: remoción en masa, ERO: erosión, INU: inundaciones, FN:
forestal natural, PSA: prestación de servicios ambientales, CN: cultivo de
nopal, AT: agrícola de temporal, GE: ganadera extensiva, T: turística, EAH:
establecimiento de asentamientos humanos; A’: muy alta, A:alta, M: media, B:
baja, B’: muy baja, |
Fuente: elaboración con base en los resultados del SIG y de
campo.
Tabla 7
Diagnóstico participativo para la zona
funcional baja
Zona |
Clave |
Diagnóstico participativo |
||||||||||
Potencial |
Problemática |
|||||||||||
N |
CE |
P |
TU |
E |
APC |
ER |
DC |
MD |
CI |
S |
||
Baja |
ZBCLBLC1 |
O |
|
O |
O |
O |
O |
|
O |
O |
O |
O |
ZBCLBLC2 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
O |
O |
O |
|
ZBCLBLC3 |
O |
|
O |
|
|
O |
|
O |
O |
O |
O |
|
ZBCSC1 |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
|
N: natural, CE: cultural-educativo,
P: paisajístico, TU: turístico, E: económico; APC: falta de agua y pérdida de
cultivos, ER: erosión hídrica y remoción en masa, DC: degradación y
contaminación, MD: migración y desempleo, CI: pérdida de cultura e identidad
comunitaria, S: dotación de servicios; O: detectado. |
Fuente: elaboración con base en taller y SIG participativo.
Los participantes de los talleres indicaron la presencia de
problemas como la degradación de suelo, la quema de basura, la erosión, la
remoción en masa, el desempleo, la migración, la pérdida de cultura e identidad
y la carencia en la dotación de servicios.
Optimización del uso
del territorio por zona funcional
A partir del conocimiento
del estado socioambiental de las unidades de paisaje físico-geográfico, se
identificaron los usos de suelo principales, secundarios y terciarios,
definiendo su compatibilidad, proponiendo nueve diferentes usos para optimizar
el uso del suelo dentro de las zonas funcionales de la microcuenca (Tabla 8).
Tabla 8
Propuesta
de optimización del uso por unidad de paisaje
Zona |
Clave |
Propuesta |
||||
Uso del suelo actual |
COMP |
Usos |
||||
Principal |
Secundario |
Terciario |
||||
Alta |
ZACC1 |
SBC |
BNLE |
SBCP |
A |
CO-T,
CO |
ZACC2 |
SBC |
PI |
SBCP |
M |
CO-T, CO |
|
ZACC3 |
PI |
SBCP |
SBC |
B |
CO-T, CO |
|
ZACC4 |
SBCP |
|
|
A |
CO-T |
|
ZACC5 |
SBCP |
SBC |
|
A |
CO-T, CO |
|
ZACC6 |
SBC |
SBCP |
|
A |
CO |
|
ZACC7 |
SBCP |
SBC |
|
A |
CO |
|
ZACC8 |
SBCP |
|
|
A |
CO |
|
ZACLBLC1 |
SBC |
PI |
SBCP |
M |
CO-T, CO |
|
ZACLBLCC1 |
SBC |
SBCP |
A |
M |
CO-T, CO |
|
ZACLBLR1 |
SBCP |
PI |
SBC |
M |
CO-T, CO |
|
ZACLBV1 |
SBC |
|
|
A |
CO |
|
ZACLBV2 |
SBC |
PI |
A |
M |
CO, AP |
|
ZACLBV3 |
SBC |
SBCP |
|
A |
CO |
|
ZACLBV4 |
SBC |
PI |
|
M |
CO-T, CO |
|
ZACLBV5 |
SBC |
SBCP |
|
A |
CO |
|
ZACSC1 |
PI |
SBC |
|
A |
AP-T, AP |
|
Media |
ZMCC1 |
SBCP |
PI |
SBC |
M |
CO |
ZMCC2 |
AH |
SBCP |
SBC |
B |
CO,
AP, AP-T, AH-T |
|
ZMCC3 |
SBCP |
A |
PI |
M |
CO |
|
ZMCC4 |
SBCP |
|
|
A |
CO |
|
ZMCC5 |
SBCP |
|
|
A |
CO |
|
ZMCC6 |
SBC |
AH |
|
M |
CO, AH-T |
|
ZMCLBLC1 |
SBCP |
A |
SBC |
M |
CO, A*,A*-T,
AH-T, AP-T |
|
ZMCLBLC2 |
SBC |
SBCP |
|
A |
CO |
|
ZMCLBLC3 |
SBC |
A |
SBCP |
M |
CO, A* |
|
ZMCLBLC4 |
SBCP |
AH |
A |
M |
CO,
CO-T, AP, A*, P, AH-T |
|
ZMCLBLC5 |
SBC |
A |
|
M |
CO, CO-T |
|
|
|
|
|
|
|
|
Continuación Tabla 8 |
||||||
Clave |
Propuesta |
|||||
Uso del suelo
actual |
COMP |
Usos |
||||
Principal |
Secundario |
Terciario |
||||
Media |
ZMCLBLC6 |
SBC |
A |
SBCP |
M |
AH-T, A*, A*-T, CO, CO-T, AP-T, P |
ZMCLBLCC1 |
SBC |
|
|
A |
CO |
|
ZMCLBLCC2 |
SBC |
SBCP |
A |
M |
CO |
|
ZMCLBLR1 |
SBC |
SBCP |
A |
M |
CO, CO-T, A*-T, P |
|
ZMCLBV1 |
SBC |
A |
SBCP |
M |
CO, CO-T, A*, P |
|
ZMCLBV2 |
SBC |
SBCP |
AT |
M |
CO, CO-T, A*, P-T |
|
ZMCLBV3 |
SBC |
SBCP |
AT |
M |
CO, A* |
|
Baja |
ZBCLBLC1 |
AH |
SBCP |
SBC |
B |
CO-T, CO, AH-T, A* |
ZBCLBLC2 |
AH |
SBCP |
A |
B |
CO, AH-T, A*, A*-T |
|
ZBCLBLC3 |
SBC |
AH |
A |
M |
CO, P, A*, AH-T |
|
ZBCSC1 |
AH |
SBCP |
SBC |
M |
CO, AH-T, A*, P, AP |
|
BNLE: bosque
de latifoliadas-encino, SBC: selva baja caducifolia, SBCP: selva baja
caducifolia perturbada, PI: pastizal inducido, A: agricultura de temporal,
AH: asentamientos humanos; COMP: compatibilidad, A: alta, M: media, B: baja;
CO: conservación, CO-T: conservación-turístico, AP: agropecuario, AP-T:
agropecuario-turístico, A*: agrícola, A*-T: agrícola-turístico. P: pecuario,
P-T: pecuario-turístico, AH-T: asentamiento-turístico. |
Fuente: elaboración propia.
La
cartografía resultante muestra que las propuestas de uso del suelo para la zona
alta coinciden con su potencial natural, fomentando la conservación del
ecosistema nativo de la microcuenca, ya que en las unidades de paisaje
predominan las propuestas de uso para conservación (CO) y
conservación-turístico (CO-T). Las propuestas consideran acciones como la
restricción y manejo del pastoreo de ganado, la revegetación con especies
nativas, el fomento al crecimiento vegetal, la siembra de barreras vivas, la construcción
de jagüeyes, canales de llamada, tinas ciegas, media lunas y presas filtrantes
de costales con material de la región, la aplicación de técnicas de surcado al
contorno y de terráceo, el manejo de escurrimientos, el aprovechamiento de
productos forestales no maderables, el acondicionamiento de senderos y mamparas
interpretativas, así como, miradores y sitios de avistamiento (Figura 5).
Figura 5. Propuesta de optimización del uso
del suelo.
La
zona media, al ser una zona con posibilidades de desarrollo de actividades de
conservación del paisaje natural y el desarrollo de actividades
socio-productivas, las propuestas de uso en las unidades de paisaje que la
conforman estarían dirigidas a la conservación (CO), conservación-turístico
(CO-T) y agropecuario-turístico (AP-T). Esas unidades contemplan el desarrollo
de acciones restrictivas y de manejo del pastoreo, la revegetación con especies
nativas, el fomento al crecimiento vegetal, la siembra de barreras vivas, la
construcción de jagüeyes, canales de llamada, tinas ciegas, media lunas y
presas filtrantes de costales con material de la región.
Las
acciones también consideran el manejo de escurrimientos, surcado al contorno y
terráceo, el aprovechamiento de productos forestales no maderables, el acondicionamiento
de senderos y mamparas interpretativas, la construcción de miradores y sitios
de avistamiento, el uso y manejo de las compostas, abonos verdes y estiércoles
(abonos orgánicos), la conservación del sistema milpa y la siembra de
policultivos adaptados a la microcuenca, retomando las técnicas de labranza
tradicional conservadas ancestralmente por la comunidad.
Finalmente,
los usos de suelo propuestos para la zona baja coinciden con su potencial para
el desarrollo de actividades socio-productivas, donde predominan las propuestas
de uso para el establecimiento de asentamientos humano-turísticos (AH-T) y
agropecuarios (AP). Esas propuestas promueven el desarrollo de actividades de
manejo del pastoreo, la revegetación con especies nativas, la construcción de
tinas ciegas, medias lunas y jagüeyes, la aplicación de abonos orgánicos como
el estiércol, el aprovechamiento de productos forestales no maderables para la
diversificación de alimentos y productos para la comunidad.
Las
propuestas también consideran acciones encaminadas a conservar la construcción
tradicional de viviendas y su imagen rural, la implementación de granjas
ecológicas y huertos familiares, el desarrollo de representaciones culturales
en la comunidad, el acondicionamiento de mamparas, senderos y miradores
interpretativos, la señalización adecuada de los sitios culturales y
artesanales, la valoración económica y difusión de los servicios comunitarios,
y el manejo de residuos sólidos generados por los visitantes y habitantes de la
microcuenca.
Conclusiones
La investigación
representó una metodología viable y repetible para abordar la planeación
territorial a escala de gran detalle en una microcuenca, permitió generar
estrategias de gestión, planeación y manejo a partir de la identificación de su
estado, dinámica, procesos, potenciales y problemáticas socioambientales,
teniendo como principal herramienta las plataformas de SIG.
Las propuestas de optimización del uso del territorio derivadas
del análisis, coincidieron con el potencial y las demandas para corregir o
disminuir las problemáticas específicas de cada unidad de paisaje
físico-geográfico y zona funcional, prevaleciendo en la zona alta propuestas
dirigidas a la conservación y turismo, en la zona media al desarrollo de
actividades agropecuarias, de conservación y turismo, y en la zona baja
propuestas para el desarrollo agropecuario, turístico y de asentamientos
humanos.
El trabajo realizado muestra la pertinencia de delimitar las
zonas funcionales para estudiar una microcuenca, ya que mediante su correcta
diferenciación utilizando plataformas de SIG, análisis geomorfológico y trabajo
de campo, es posible evaluar de manera integral su dinámica, evolución y
funcionalidad, eso derivó en la óptima planeación de actividades para su manejo.
Asimismo, fue posible contemplar a las cuencas hidrográficas
como unidades territoriales cuyo funcionamiento y estructura es factible
evaluar por medio de la delimitación de unidades espaciales de menor superficie
o unidades de paisaje físico-geográfico, aumentando el detalle en el estudio de
sus condiciones socio-ambientales, y así realizar un análisis puntual de las
problemáticas y potenciales que presenta.
Es importante continuar con esquemas de gestión y divulgación
que funjan como guía y herramienta para direccionar la toma de decisiones.
Fomentar el monitoreo y la evaluación de las acciones para impulsar la adecuada
planeación de su territorio, sea de manera interna por parte de la comunidad o
de manera externa a través de los organismos gubernamentales (federal, estatal
y municipal), e instituciones académicas y educativas que han intervenido en la
microcuenca.
Finalmente, se sugiere impulsar y mejorar los programas
enfocados a la producción de maíz, animales, dotación de servicios de luz y
energía eléctrica, abasto de alimentos básicos, artesanías, salud, higiene,
desarrollo social, ambiental, educativo, de reforestación, de empleo temporal y
de investigaciones académicas, todo ello con base en el conocimiento propio de
la microcuenca y el cumplimiento de las acciones y metas planteadas para la
optimización del uso de su territorio.
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* Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), México, correo
electrónico:
alejandrovaldes321@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9480-9331.
** Universidad
Autónoma de Querétaro, (UAQ), México, correo
electrónico: juan.hernandez@uaq.mx.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4220-7216.
*** Universidad
Autónoma del Estado de México (UAEM), México, correo
electrónico:
jul_geom@hotmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2303-3756.