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Yllescas Illescas, Jorge Adrián Ver, oir y callar. Creer en la Santa Muerte durante el encierro, Coordinación General de Estudios de Posgrado,

Universidad Nacional Autónoma de México, México,

2018, 240 pp.

ISBN:  978-607-30-0746-7

 

 

Las investigaciones académicas organizadas desde distintas áreas de lo social para refle- xionar sobre el culto a la Santa Muerte en México, han tenido mayor auge en las últi- mas décadas. Sin embargo, comparadas con otros análisis sobre el fenómeno religioso, su conjunto aún es inextenso. Uno de los trabajos más recientes al respecto es el de Jorge Adrián Yllescas Illescas:1 Ver, oír y callar. Creer en la Santa Muerte durante el encierro, 2018.

Este libro forma parte de la colección de posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicado bajo una línea editorial que busca ofrecer temas de relevancia social tratados de manera original. La propuesta aquí reseñada cumple sin duda con este requisito, debido al interés del autor por observar, desde el ámbito antropológico, las experiencias de los devotos a la también llamada Niña Blanca, al interior del Centro Varonil de Reinserción Social (Cevareso) de Santa Marta Acatitla, en la alcaldía de Iztapalapa, Ciudad de México.

¿Cómo lograr introducirse a una institución total? ¿Cómo es un reclusorio para varones primo-delincuentes para hacer etnografía? ¿Cómo sobrevivir a trámites buro- cráticos y establecer el tipo de comunicación adecuada con autoridades y con internos, para alcanzar los objetivos plateados en la investigación? ¿mo manejar nuestra pro- pia subjetividad respecto al encierro y la cotidianidad de aquellos a quienes la sociedad percibe como una amenaza? Cada una de estas preguntas es respondida de manera paralela a los objetivos del libro a lo largo de cinco capítulos.

Lo primero que queda claro es el conocimiento previo de Yllescas sobre el tema de investigación. Como él mismo lo indica, su primer acercamiento con la Santa Muer-

 

1Jorge Adrián Yllescas Illescas, doctorante del posgrado en Estudios Latinoamericanos, maes- tro en Antropología y licenciado en Sociología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha sido asistente de investigación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en El Colegio de México. Es colaborador en la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México (RI- FREM).


 

te se dio de manera fortuita en el 2009 en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México entre los gritos de vendedores ambulantes, el tráfico imparable y las diná- micas cotidianas que caracterizan a la gran urbe. A partir de entonces realizó trabajo de campo en el barrio bravo de Tepito, ubicado en el centro de la ciudad y en Tul- titlan, Estado de México, desde donde rastr los espacios de la devoción a la Santa Muerte a nivel nacional e internacional.

De manera fresca y sencilla, el autor narra el origen del culto a la Santa Muerte como uno de los más populares y de mayor relevancia, que involucra a un universo amplio de creyentes de distintas edades, profesiones y clase social”. En la pluralidad del abordaje Yllescas plantea un análisis novedoso orientado hacia los creyentes. Desde esta perspectiva es que traza la práctica del culto dentro de una prisión y las formas que éste adquiere.

A lo largo de los primeros dos capítulos, el autor delimita algunos elementos clave para situar a sus lectores en relación con el contexto estudiado. Señala, por ejemplo, una presencia importante de devotos con experiencias carcelarias, vividas de manera directa, o bien, de manera indirecta a través de familiares cercanos. Al mismo tiempo, define el simbolismo de la Santa Muerte como trasgresor, pues se encuentra situado en la frontera entre lo normativo y los valores morales de la sociedad mexicana. La Santa Muerte es una figura que representa ambiedad, pues premia pero también castiga. Eso le permite a sus devotos establecer vínculos espirituales certeros, sobre todo entre aquellos que atraviesan situaciones de violencia límite.

Otro aspecto interesante del libro, es la descripción detallada de las negociaciones del investigador con la institución carcelaria para poder realizar sus pesquisas. El autor da cuenta de su estrategia de investigación, la inversión emocional y la paciencia con la que trabajó para alcanzar su objetivo. Tras vencer diversos obstáculos, la observación en campo llevada a cabo durante tres meses, con vistas permitidas al centro dos veces por semana, le permitieron ahondar en la manera en que se organiza el culto. Cabe señalar que antes de esbozar las características específicas del reclusorio, el autor carac- teriza las circunstancias de los espacios carcelarios en México, ofreciendo un panorama general de la infraestructura carcelaria, el género de la población interna y la frecuen- cia de los delitos cometidos en el país.

En el tercer capítulo destaca las especificidades del Centro de Readaptación Social en relación con otras instituciones carcelarias del sistema penitenciario de la Ciudad de México. La descripción de la arquitectura del centro, la orientación de sus programas de reinserción social y los lineamientos del centro que operan para clasificar y ubicar a sus internos de acuerdo a su peligrosidad, nos introducen al espacio definido por Go- ffman como institución total (Goffman, 2001: 13). Dicha institución es en donde un gran mero de individuos, en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada for- malmente”. Es en estos espacios donde los reclusos llevan a cabo sus prácticas religiosas y donde recrean el culto a la Santa Muerte.


 

 

 

 

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Yllescas habla de la fragmentación de actividades cotidianas y de las relaciones de poder que se tejen entre personal de la institución y los reclusos, que se dan en espa- cios confusos y fríos. Nos dice el autor “(…) Los ojos de los internos trasmiten miradas pesadas, su piel se ve entre un tono verde y amarillo, se siente cómo te siguen con sus miradas” (Yllescas, 2018: 49). La descripción de las dinámicas e interacción en el Cevare- so es la puerta de entrada a los testimonios de los internos. En el capítulo cuatro, Yllescas nos presenta el perfil de los entrevistados. Noé, Paredes, Arcé, Leo, Darío, entre otros reclusos, nos narran su experiencia de cómo aprendieron a sobrevivir en la prisión y la manera en que se aprenden y transmiten los códigos de organización in- terna. Entre ellos se encuentran las prácticas religiosas, en este caso, las vinculadas con la Santa Muerte.

A partir de David Matza (2014), el autor establece tres momentos fundamentales en la trayectoria de los reclusos: la deriva, el carcelazo y la adaptación. En cada una de estas etapas puede apreciarse un vínculo con la religiosidad y la fe, lo que los entrevis- tados definen como manifestaciones de La Madrina.

La deriva es una etapa previa a la detención. Yllescas define este paso como un espacio en el cual los jóvenes se encuentran ya inmersos en una subcultura de la de- lincuencia, con una carrera delictiva que implica la interiorización de ciertas normas y valores, intencionalidad y la búsqueda de una protección simbólica”. Así, el vínculo espiritual da cuenta de la manera en que los jóvenes que delinquen se acercan al culto. El autor se refiere también a las manifestaciones de la Santa Muerte durante el acto delictivo, los favores solicitados ante el riesgo, el tipo de promesas ofrecidas a cambio, así como los premios y castigos otorgados por la deidad.

Con respecto al carcelazo, Yllescas recopiló los relatos que describen las manifesta- ciones de religiosidad que tienen los jóvenes al momento de ingresar a la prisión. Ante la transformación los roles de la vida cotidiana, la desposesión y la violencia sufrida para ganarse un lugar al interior del reclusorio, en el cual impera un espacio jerár- quico, los reos solicitan a la Santa Muerte su protección. Los favores concedidos inclu- yen la disminución de golpizas y del despojo o extorsión por parte de los custodios y de otros internos.

El proceso de adaptación de los jóvenes reclusos se lleva a cabo cuando los internos asimilan la organización específica del centro en el ámbito administrativo, así como las formas de interacción, costumbres y lenguaje. A partir de este momento organizan sus rutinas diarias, obtienen alimentos y generan recursos para subsistir. La forma de ge- nerar ingresos dentro de la prisión incluye actividades como lavado de ropa, vigilancia, venta de dulces y comida; o bien, la venta de estupefacientes y actividades de extorsión desde el centro hacia el exterior. Para tener éxito en las actividades ilícitas, los internos también solicitan la protección de la Santa Muerte.

Cabe señalar que si bien los objetivos de este libro se centran en el fenómeno religioso, el autor emplea una perspectiva de género para analizar la información


 

etnográfica, lo que le permite analizar las distintas formas de masculinidad y la mane- ra en que la masculinidad hegemónica se ejerce por medio de prácticas violentas.

El capítulo cinco del libro da cuenta de la forma en que los internos viven el culto a la Santa Muerte, considerando elementos materiales. Aquí el autor describe la orga- nización de altares y sus funciones, el tipo de ofrendas realizadas, el apego de los reclu- sos a las prácticas religiosas y la tensión de las relaciones entre los reclusos y las autoridades del centro. Durante el encierro, los internos integran sus prácticas religiosas a las prácticas de la vida cotidiana (…) rutinizan el culto (…) establecen días de limpieza para los altares, creando formas distintas de conexión con la Santa (Ylles- cas, 2018: 142). Las formas de vincularse con la Santa Muerte incluyen la combinación de la fe hacia otras prácticas religiosas como la Santería, el culto a San Judas Tadeo o la figura del Diablo.

Por último, otro aspecto relevante del culto en larcel está dado por la confor- mación del cuerpo como altar para vincularse con la fe. Para Yllescas, este tipo de expresiones pueden constituir un reto hacia la autoridad que les permite ganar auto- nomía ante el encierro. De esta manera, el culto de la Santa Muerte representaría para los internos una forma de resiliencia, que se adaptaría a voluntad, frente a las necesi- dades específicas que determina el encierro.

Sin lugar a duda, la aportación de Jorge Adrián Yllescas da cuenta de las plurali- dades y las dinámicas religiosas contemporáneas y de las subjetividades de los devotos de la Santa Muerte. Por ello es un texto de consulta necesaria para todos aquellos interesados en adentrarse a la compresión y el análisis de la religiosidad popular.

 

 

 

 

Irazú Gómez García

Posgrado en Antropología Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

irazu_gomez@hotmail.com

 

 

 


 

 

Goffman, Erving


BIBLIOGRAFÍA


(2001) Internados. Sobre la situación social de los enfermos mentales, Buenos

Aires, Amorrortu.

Matza, David

(2014) Delincuencia y deriva. mo y por qué algunos jóvenes llegan a que- brantar la ley, Buenos Aires, Siglo XXI.